sábado, 21 de noviembre de 2009

Niños asesinos (artículo impactante)

Nunca se dijo, pero Unos días antes de asesinar al pequeño James Bulger, (un niño de 2 años), Robert Thompson y Jon Venables: "Los Niños Asesinos de Liverpool" habían visto juntos la tercera película de Chucky, el Muñeco Diabólico, Esa cinta, según declararían meses después, los inspiró para cometer la acción que emprenderían poco después.

NIÑOS ASESINOS


Imagen IPB



Nacidos en Liverpool, Gran Bretaña, en 1983, los niños Robert Thompson y Jon Venables tenían diez años de edad y un historial problemático en la escuela. Provenían además de familias disfuncionales. Eran chicos que siempre reprobaban en el colegio, con dramas de alcoholismo, violencia familiar y divorcios en sus casas. Robert Thompson era un niño que había aprendido a desconectarse emocionalmente por los traumas que había sufrido desde pequeño, sobre todo el abandono de su padre, que les dejó cuando tenía seis años, y la violencia que había visto en casa antes y después de eso.

Los paralelismos con Jon Venables resultaban evidentes: ambos tenían problemas en su casa, un entorno violento donde se abusaba del alcohol, graves conflictos entre sus padres, hermanos con dificultades de aprendizaje y, además, sufrían el acoso de sus compañeros. Por eso se hicieron tan amigos.

El 12 de febrero de 1993, Robert Thompson y Jon Venables faltaron a la escuela. Días antes habían intentado robarse a un niño, pero la madre había regresado pronto y no lo habían conseguido. Ese día lo intentarían de nuevo. Habían estado dando vueltas por los alrededores del Centro Comercial Strand, de Bootle, Merseyside (Liverpool), en Inglaterra.

Tiempo después, una anciana recordó que ese día los chicos se burlaron de ella por caminar encorvada. Una empleada afirmó que los echó de la oficina hipotecaria donde trabajaba, después de que entraran gritando y revolvieran los folletos de información. Uno de ellos fue visto también en la librería del centro comercial, hojeando un cómic; cuando la dependienta le preguntó si quería algo, "tiró el cómic y salió huyendo".

Jon Venables y Robert Thompson al acecho, momentos antes del secuestro


Imagen IPB



Mientras tanto, Denise Bulger y su hijo de dos años, James Patrick Bulger (nacido el 16 de marzo de 1990), estaban haciendo compras. Para las 15:37 horas, el pequeño James y su madre entraban en una carnicería. Las cámaras de vigilancia del centro comercial registraban todo, paso a paso, con la hora sobrepuesta a las imágenes. Una documentación en video del itinerario fatal de esa mañana invernal.

James Bulger, la víctima


Imagen IPB



Cerca de allí, los dos niños vigilaban. A las 15:38, el pequeño estaba junto a la puerta de la tienda, esperando a que su madre terminara. A las 15:39, cuando Thompson y Venables le tendieron la mano, el niño, curioso y de naturaleza jovial, no lo pensó dos veces. A las 15:40, Denise salía de la tienda y buscaba a James. A las 15:41, James reaparecía en otra cámara: caminaba por la galería principal del centro en compañía de dos niños mayores que él. A las 15:42, James se acercaba a la puerta del recinto, dando la mano a uno de sus acompañantes. A las 15:43, el trío abandonaba el centro. Esa fue la última imagen de James Bulger con vida. La madre lanzó la alarma de inmediato, pero ya era tarde: James se había alejado con sus asesinos por una salida secundaria, como mostraron luego las cámaras del circuito cerrado de televisión.

La imagen que dio la vuelta al mundo: el instante del secuestro


Imagen IPB



Las últimas horas de James Bulger consistieron en una larga y terrorífica caminata desde el Centro Comercial hasta un descampado junto a una vía férrea, cerca de un río. En el trayecto, treinta y ocho testigos los vieron pasar. Fueron cuatro kilómetros de marcha agotadora, durante los cuales James Bulger lloró casi ininterrumpidamente. Varios testigos recordaban a James lloroso y con magulladuras en la cara.

Una mujer dijo haber visto cómo los otros dos niños cogían a James de las manos, uno a cada lado, y lo balanceaban hacia delante y detrás "subiéndole hasta la altura de sus cabezas". El niño parecía muy asustado, explicaría tiempo después.

Otro testigo dijo haber visto cómo los acusados "agarraron al más pequeño por los brazos y lo arrastraban". "Me pareció que el más pequeño quería huir", señaló. Treinta y ocho testigos admitieron ver a los chicos maltratando a James Bulger durante el trayecto que hicieron, pero ninguno intervino ni lo defendió.

Eso apenas fue el comienzo de una larga agonía. Cuando llegaron a una vía férrea del paraje de Walton, Robert Thompson y Jon Venables no mostraron piedad alguna. Primero lo pintaron de verde. Luego le arrojaron ladrillos encima al pequeño y lo golpearon repetidas veces con una barra de metal. Thompson le dio una patada tan fuerte en la cara que le dejó la huella marcada en la piel. Le rompieron las manos y los dedos pisoteándoselos. De allí le quitaron los pantalones y los pañales y lo torturaron con baterías eléctricas, mismas que terminaron introduciéndole por el recto como parte del abuso sexual que cometieron con él. Se pararon luego sobre el niño y le brincaron encima de su estómago y pecho. Después lo patearon en el vientre hasta reventarlo. Ya muerto, colocaron el cadáver sobre las vías férreas, para que el tren lo destrozara y simular un accidente. Se alejaron riendo y burlándose de algunos detalles, de regreso a sus respectivas casas.

Los escenarios del crimen


Imagen IPB

Imagen IPB

2 comentarios:

  1. me parece super impactante este articulo...y aunque sea un poco largo creo que merece la pena leerlo...hay que ver lo que influye el entorno familiar en los niños...es increible...

    Elsa Vargas Zarco

    ResponderEliminar
  2. Con el primer caso que exponéis de ´´Los Niños Asesinos de Liverpool´´ creo que habéis dejado baste claro el impacto que puede llegar a tener la televisión en nuestros menores. Al igual que esta película, son muchos los programas que se retransmiten a diario y que fomentan la violencia, sin un control adecuado de los padres o de los educadores sobre los programas que ven los niños, puede repercutir seriamente en las conductas de los niños llegando a cometer atrocidades como la que cometió este par.

    ¡un saludo!

    María Díaz 1º de Primaria

    ResponderEliminar